¿Vale la pena Pikmin 1?

¿Eres más de pizza sin piña o con piña? ¿Te consideras concebollista o sincebollista? ¿Eres de los que echa antes los cereales o la leche? Y… ¿eres más de Pikmin 1 o de Pikmin 2?

El debate entre si es mejor Pikmin 1 o Pikmin 2 ha tenido dividida a la comunidad de Pikmin desde hace décadas. Y está tan arraigada a esta comunidad, que incluso ha llegado a oídos de los desarrolladores de la saga y ha afectado a cómo han enfocado el desarrollo de la tercera y cuarta entregas. (Pero este es tema para otro post).

Y aunque a la pregunta «es mejor el 1 o el 2» la respuesta correcta es claramente el primero, es la opción menos popular. Pero no pasa nada, tenéis derecho a estar equivocados. Por eso estoy hoy aquí, porque tengo una declaración que hacer en defensa de Pikmin 1.

Las virtudes de Pikmin 1 se fundamentan en tres pilares que a menudo, y de forma errónea, se han utilizado para criticar el juego. El primero es la duración del juego y el segundo es su simpleza. Pero la joya de la corona, para mí, es la narrativa.

Duración

Desde el absoluto desconocimiento, es normal criticar Pikmin 1 por su duración. Su gameplay máximo (sí, máximo) no llega a las 8 horas. Y puedo entender perfectamente que a alguien que no conozca la saga y el género le choque mucho; aún más si consideramos que es un título principal de Nintendo y que hay que pagar el precio completo como cualquier otro título de su época.

Pero ahí donde muchos ven el problema es donde está su mayor virtud: Pikmin es increíblemente rejugable. Es más: es un juego diseñado expresamente para ser rejugado, por eso tiene la duración que tiene. Y fíjate si es adrede que, si no, ¿por qué se habrían molestado en incluir dentro del juego un ranking para ver tus mejores resultados? 

Puedo entender que pagar 30€ (precio del port de Switch) por un juego que va a durarte solo 8h es difícil. Pero planteárselo de esta manera sería tan absurdo como comprarte el Tetris para jugar 1 unidad de partida y luego quejarte de lo corto que es. ¡Pues claro! Es que no lo estás jugando bien.

Simpleza

Y eso desemboca directamente en el segundo pilar: la simpleza de Pikmin 1. 

De la misma manera que la riqueza de Tears of the Kingdom ha vuelto aburrido a Breath of the Wild, muchos jugadores critican la simpleza de Pikmin 1 tras haber probado los posteriores. Y puedo entender el sentimiento, pero dejadme que os diga que estáis, de nuevo, equivocados.

No tendría ningún sentido que Pikmin 1 fuera complejo; su virtud reza en su sencillez. 

Mecánicas

Solo tenemos tres colores de pikmin, cada uno con una habilidad especial. Y apenas con eso se construyen todos los puzles. Todos los niveles están expresamente diseñados en torno a esas tres principales habilidades. Y, gracias a la simpleza de mecánicas, los controles también son sencillísimos, lo que permite que se puedan enseñar todos en un tutorial rápido al principio de la partida y no te vuelvan a interrumpir nunca más en todo el gameplay. 

Si Pikmin 1 fuera más complejo, probablemente pecaría del problema de sus sucesoras: tutoriales largos, demasiado guiados y de la mano, y distribuidos en cuentagotas a lo largo de la historia. ¿Y sabes cuál sería el problema de hacerlo así? Que no tendría ni el mismo dinamismo ni te podrían dar la libertad de que dispones desde el primer momento.

Justo para que puedan darte libertad tan pronto sin provocar que te sientas tremendamente perdido durante gran parte de tu primera partida, necesitas pocas mecánicas y que sean fáciles de interiorizar. Solo así podrás exprimir el juego al máximo.

Diseño de niveles

Por eso creo que el mundo está diseñado con excelente tacto. Los niveles están construidos de forma magistral para que el juego te guíe sin necesidad de palabras ni cinemáticas hacia un camino lógico. 

Y, aun así, casi de forma mágica, cada vez que empieces una nueva partida verás cómo se te abren nuevas posibilidades que antes te habían pasado completamente desapercibidas. Justo es gracias a esos descubrimientos que tendrás ganas de poner en práctica nuevas estrategias, probar otros caminos, tratar de resolver los puzles de forma innovadora en tus nuevas partidas.

¡Y justo ahí, exactamente ahí, es donde reside la magia y la esencia de la saga Pikmin!

Narrativa

Pero el tercer y más importante pilar de Pikmin 1, y el que lo diferencia más de sus sucesoras, es la narrativa.

Como decía al principio, los tres pilares de Pikmin 1 a menudo se usan como crítica a la calidad. Y aunque la narrativa no suele ser lo que más ataques recibe, a veces sufre por su forma. Y es que Pikmin 1 no es un juego movido por una trama o argumento complejos, sino que es lo que se conoce como una «historia de personajes»; es decir, que es la evolución del protagonista, su crecimiento personal y sus reflexiones lo que hacen avanzar la historia.

Un juego de adultos para adultos

Los juegos de Nintendo se conocen por tener historias y mecánicas para todos los públicos. Desde las tramas hasta el diseño de personajes, que suelen ser coloridos y de un estilo más bien cartoon, todo en Nintendo grita «para toda la familia». 

Y, por supuesto, Pikmin no es menos. Gracias a los diseños graciosos y adorables, los colores vivos y la ambientación natural, esta saga siempre se ha intentado promocionar como un juego más bien cozy, relajado, chill.

Pero Pikmin no es un juego tan relajante como Nintendo se esfuerza tanto por hacernos creer. Ni es infantil, como los haters defienden a capa y espada. (Aunque esos dos temas son melones para abrir en otros post). El cariz adulto y maduro de esta saga se palpa especialmente en la narrativa de Pikmin 1; este es un juego de adultos para adultos.

El protagonista

Todo empieza con el narrador de la primera entrega: Olimar, un hombre de mediana edad, casado, con dos hijos que tiene un trabajo estable y la vida tranquila y resuelta. Y de repente, esa calma se ve rota cuando se ve atrapado en un planeta por accidente.

Olimar tiene mucho parecido con Mario; de hecho, es un guiño a él (comparten colores identitarios, edad aproximada y hasta el nombre, ya que Olimar es un anagrama de Mario en Japonés (Ma-Ri-O / O-Ri-Ma)). Pero mientras que Mario comparte aventuras con su hermano mientras va a rescatar a una chica con la que quiere casarse, Olimar ya hace tiempo que está casado y tiene hijos, y sus años de vivir aventuras quedaron muy lejos.

El público que se siente identificado con cada uno de los personajes es diferente. Con Olimar empatizarán muchos de los adultos de la familia, mientras que con Mario (o Link, un joven espadachín, o cualquier otro protagonista habitual) empatizarán los niños y jóvenes.

La muerte

Y aunque esto ya marca una primera diferencia en el tono con el que se narra la historia, la segunda y mayor diferencia la marca la presencia de la muerte en esta historia.

Aunque me dirás: «Pero, Laura, si en Zelda o en Mario te mueres mucho más que en Pikmin». Y tienes toda la razón. Pero a diferencia de ellos, y aunque en Pikmin solo te puedes morir una única vez en cada partida (y si lo haces, se termina el juego), Olimar reflexiona sobre la muerte desde un punto de vista mucho más existencialista y hasta filosófico. 

La soledad

El planeta en el que se queda varado tiene una atmósfera de un gas tóxico que lo matará en 30 días si no logra escapar. Y en este juego, Olimar queda accidentado completamente solo. No tiene forma alguna de comunicarse con nadie ni tiene un compañero, un segundo jugador o NPC con el que comentar la jugada durante su viaje. 

Pero lo peor de todo es que no tiene forma de contactar con su familia, las personas que más le importan en el universo entero. Y eso no es solo anecdótico. Sabemos a ciencia cierta que muchas noches Olimar escribe en su diario que está preocupado por su mujer y sus hijos, porque sabe que ellos no tienen noticias de él y se imagina cómo estarán removiendo cielo y tierra para encontrarlo. A veces hasta se pregunta qué pensará su familia de él o cómo se sentirán si él se muere.

Las reflexiones

Estas reflexiones tan profundas sobre la muerte van acompañadas de muchísimas otras sobre la soledad, sobre la humanidad, sobre la supervivencia, sobre la moralidad de lo que está haciendo…

Según cómo juegues en cada partida y lo que hagas en cada día, verás unas notas u otras. Por ejemplo, si haces partidas muy rápidas, hay pensamientos que tal vez nunca llegarás a leer. Pero incluso aunque gastes los treinta días que te da el juego, habrá diálogos que es posible que no veas nunca, puesto que existen más de setenta notas del diario de a bordo que aparecerán en función de lo que hayas conseguido durante el día y cómo lo hayas hecho.

Conclusión sobre Pikmin 1

Son estos pensamientos de Olimar aquello que da personalidad a Pikmin 1. Y justo esa simpleza de la que hablábamos, esa que hace de la primera entrega un juego «sencillo y pequeño», es lo que ayuda a dar muchísima más relevancia a esta narrativa.

Y por más que la segunda, tercera y cuarta entrega tengan esa esencia del «género Pikmin», nunca lograrán lo que hace Pikmin 1.